Ayudar a los nuevos miembros a ser fieles al Señor.
Más líderes entrenados que puedan ayudar a los nuevos miembros.
Más líderes preparados que puedan hacer evangelismo personal y público.
Más líderes especializados en la enseñanza de niños, jóvenes y adultos.
Más líderes laicos que trabajen junto con los pastores en el cumplimiento de la comisión evangélica.